19 de octubre de 2011

Póster de un recuerdo.

Esta tarde estaba curioseando en internet y aburriéndome bastante hasta que, de casualidad, he encontrado una historia especial.

La de las esquelas de Elena Lupiáñez, publicadas cada 21 de marzo en El País. Los entresijos de la historia están muy bien detallados en este Blog, así que no los voy a volver a contar.

Pero sí me gustaría reflexionar sobre las pequeñas páginas de vida que a veces se cuelan entre las hojas de los periódicos. Hace trece años me mandaron en clase de Sociales buscar en la prensa una noticia que fuera relevante cincuenta años después. Recuerdo que recorté, para disgusto de mi muy querida profesora, la noticia que más me llamó la atención del periódico comarcal que compraba entonces mi padre sobre "el espacio vital de las gallinas". 

Estamos acostumbrados a grandes eventos, noticias impactantes de las que todo el mundo habla hoy y mañana nadie se acuerda y a trending topics. Pero, ¿qué hay detrás de una esquela, de un amor viajero o de una eterna espera?

Sólo lo saben los protagonistas pero la imaginación es una dulce recompensa entre las líneas del camino.

22 de agosto de 2011

La vuelta.


TE QUIERO

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Mario Benedetti.

29 de junio de 2011

Kiss the rain.



Estaba acordándome de mis buenos momentos vividos al lado de un piano...

18 de junio de 2011

Los nuevos filántropos.

La filantropía se define como el amor al género humano y, últimamente, está de moda.

Algunos personajes son conocidos no sólo por su riqueza, sus logros empresariales o sus portadas en prestigiosos periódicos, sino por dar (y de paso contarlo) grandes cantidades de dinero a obras en bien de la comunidad.

Bill y Melinda Gates apoyan la investigación sobre el SIDA, la malaria y la tuberculosis; George Soros contribuye con causas que promueven las libertades civiles y la democracia; Gordon Moore apuesta por el desarrollo científico y la capacitación sanitaria; Warren Buffet contribuye económicamente con la fundación de los Gates; Eli Broad dona parte de su dinero a instituciones culturales; James Stowers contribuye a la investigación sobre el cáncer, los problemas coronarios y la diabetes, etc.

Sin embargo, ha surgido una nueva categoría entre los filántropos: los políticos (también conocidos como los gestores de lo público*).

Estos nuevos filántropos no donan una parte de la fortuna que han ganado con su trabajo y con su esfuerzo a causas solidarias que puedan mejorar la vida de las personas. Su tarea es mucho más compleja y de ahí que se hable de una nueva tendencia. 

Estos benefactores han sido elegidos legítimamente en las urnas. Algunos con unos porcentajes de apoyo que casi derivan en una entronización en lugar de en una investidura. Pero las causas solidarias que apoyan tienen poco que ver con la investigación sobre el cáncer, el SIDA o la diabetes, la libertad de prensa o la igualdad de género.

Son causas mucho más llanas y cercanas. Por ejemplo, ofrecer a un constructor necesitado que redacte una parte del PGOU de una ciudad o un pueblo cualquiera, de modo que pueda decidir en qué terrenos se puede construir y en qué condiciones. O aumentar deliberadamente el precio que un Ayuntamiento, una Diputación, una Comunidad Autónoma o un Ministerio tendrá que pagar a una empresa contratista, con comisiones por el camino que van a bolsillos de altura e incremento del precio de los servicios que repercute en bolsillos maltrechos. Tal vez, acordarse de un amigo con una empresa en apuros, que presente una oferta cara, aunque esa pérdida de rentabilidad la paguen los impuestos de muchos de los que no han decidido a qué obra solidaria quieren contribuir. O los viajes a destinos exóticos, la ropa de lujo, las grandes celebraciones que pagan amigos necesitados por servicios mucho más grandes y desconocidos. Y, así, un largo etcétera de causas solidarias...

Son curiosos los agasajos que muchos de los nuevos filántropos reciben por su contribución. Y, a veces, me pregunto qué pensarán de todo esto quienes de verdad pagan la factura solidaria de tanta dádiva, prebenda y sinecura.  


*Público, según el diccionario de la RAE, es "perteneciente o relativo a todo el pueblo".

14 de junio de 2011

La mano tonta.

Hace unos días, mi hermano no sabía si reír o llorar porque le había caído en selectividad un texto sobre "Torrente" y la clase política.

La autora, Lucía Méndez, decía más o menos que no era de extrañar, viendo cómo la gente abarrotaba las salas de cine, que tuviéramos esta clase política. Y añadía que, quizás, las crisis económica, política y social están relacionadas.

Este fin de semana, dando un paseo por el Deutsches Eck, mi compañero de aventuras me recordó que nunca corro riesgos, siempre mido los pasos y soy muy maniática al mantener interiorizadas mis costumbres vitales. 

Todo es absolutamente cierto.

Pero también lo es que me gusta el cine clásico, me fascinan las miradas profundas y la gente que tiene historias que contar. Y me vino a la memoria una de mis películas favoritas: "Testigo de cargo", de Billy Wilder, y la magistral puesta en escena de Charles Laughton, Marlene Dietrich y Tyrone Power. 

A veces, pienso en algunas de las cualidades que me gustaría que los políticos tuvieran - preparación, capacidad de trabajo, humildad para aprender, honestidad y responsabilidad - y pienso en blanco y negro.

La política necesita renovarse, adaptarse a los tiempos y a las necesidades de los ciudadanos. Pero, desafortunadamente, muchas veces tengo la sensación de que las nuevas estrellas y las nuevas costumbres han renovado el color de la fachada y no la esencia del contenido.

El espectáculo de la política se convierte en la política del esperpento. Y, a menudo, dudo de si la clase política es un reflejo de la sociedad o al revés. Lo que sería mucho peor.

Que aquellos que dirigen a cualquier nivel los gobiernos, tienen el poder político, el favor económico y hasta el reconocimiento social, sean los que menosprecien el trabajo, el esfuerzo, la honradez y la responsabilidad, me apena profundamente. No por ellos. Me duele porque instauran un mal ejemplo: el de que sin esfuerzo y sin lucha se pueden conseguir suculentos objetivos al margen de la ley y de la vergüenza. 

No a todo el mundo le han enseñado en su casa que cuando uno cierra un trato en su conciencia y en su honor, aunque tenga la mano sucia de tiza, de tinte, de yeso o de bacalao, ha de estrecharla con la cabeza alta porque no ha robado. 

[Y respondo a mi hermano. Hay que reír con el que te haga pensar y trabajar, porque sólo con ése podrás ser libre].  

8 de junio de 2011

Hasta siempre.

"He perdido mis certidumbres, pero he conservado mis ilusiones".


                                                        Jorge Semprún, 1923-2011.

2 de junio de 2011

Las Diputaciones Provinciales

¿QUÉ SON?

La Diputación Provincial es la institución a la que corresponde el gobierno y la administración autónoma de una provincia. 

Según lo dispuesto en la Ley 7/1985, de 2 de abril, de Bases del Régimen Local, todas las provincias españoles cuentan con diputaciones provinciales, salvo las Comunidades Autónomas uniprovinciales, las provincias vascas y las insulares.


¿CÓMO SE ELIGEN?

El número de diputados correspondientes a cada Diputación Provincial se determina, según el número de residentes de cada provincia, conforme al siguiente baremo:

Diputados
- Hasta 500.000 residentes: 25
- De 500.001 a 1.000.000: 27
- De 1.000.001 a 3.500.000: 31
- De 3.500.001 en adelante: 51

Las Juntas Electorales Provinciales reparten, proporcionalmente y atendiendo al número de residentes, los puestos correspondientes a cada partido judicial, en el décimo día posterior a la convocatoria de elecciones atendiendo a la siguiente regla:

a. Todos los partidos judiciales cuentan, al menos, con un diputado.
b. Ningún partido judicial puede contar con más de tres quintos del número total de diputados provinciales.
c. Las fracciones iguales o superiores a 0,50 que resulten del reparto proporcional se corrigen por exceso y las inferiores por defecto.
d. Si como consecuencia de las operaciones anteriores resultase un número total que no coincida, por exceso, con el número de diputados correspondientes a la provincia, se sustraen los puestos necesarios a los partidos judiciales cuyo número de residentes por diputado sea menor. Si, por el contrario, el número no coincide por defecto se añaden puestos a los partidos judiciales cuyo número de residentes por diputado sea mayor.

Constituidos todos los Ayuntamientos de la respectiva provincia, la Junta Electoral de Zona procede inmediatamente a formar una relación de todos los partidos políticos, coaliciones, federaciones y de cada una de la agrupaciones de electores que hayan obtenido algún concejal dentro de cada partido judicial, ordenándolos en orden decreciente al de los votos obtenidos por cada uno de ellos.

Realizada la asignación de puestos de diputados, la Junta Electoral convocará por separado dentro de los cinco días siguientes, a los concejales de los partidos políticos, coaliciones, federaciones y agrupaciones, que hayan obtenido puestos de diputados, para que elijan de entre las listas de candidatos avaladas, al menos, por un tercio de dichos concejales a quienes hayan de ser proclamados diputados, eligiendo, además, tres suplentes, para cubrir por su orden las eventuales vacantes.

Efectuada la elección, la Junta de Zona proclama los diputados electos y los suplentes, expide las credenciales correspondientes y remite a la Junta Provincial y a la Diputación certificaciones de los diputados electos en el partido judicial.


FUNCIONES

La Provincia es una entidad local determinada por la agrupación de municipios, con personalidad jurídica propia, que tiene como fin garantizar los principios de solidaridad y equilibrio intermunicipales, en el marco de la política económica y social:

- Asegurar la prestación integral y adecuada en la totalidad del territorio provincial de los servicios de competencia municipal.
- Participar en la coordinación de la Administración local con la de la Comunidad Autónoma y la del Estado.
- El gobierno y la administración autónoma de la Provincia corresponden a la Diputación u otras Corporaciones de carácter representativo.

Las Comunidades Autónomas podrán delegar competencias en las Diputaciones, así como encomendar a éstas la gestión ordinaria de servicios propios en los términos previstos en los Estatutos correspondientes. 

El Estado podrá, asimismo, previa consulta e informe de la Comunidad Autónoma interesada, delegar en las Diputaciones competencias de mera ejecución cuando el ámbito provincial sea el más idóneo para la prestación de los correspondientes servicios.


ORGANIZACIÓN

La organización de la Diputación provincial se compone de: Presidente, Vicepresidentes, Junta de Gobierno y Pleno.

Asimismo, existirán en todas las Diputaciones órganos que tengan por objeto el estudio, informe o consulta de los asuntos que han de ser sometidos a la decisión del Pleno, así como el seguimiento de la gestión del Presidente, la Junta de Gobierno y los Diputados que ostenten las delegaciones. 

Todos los grupos políticos que integren la corporación tendrán derecho a participar en dichos órganos, en proporción al número de Diputados que tengan en el Pleno.

El resto de órganos se regula por las propias Diputaciones.


LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE

La Diputación de Alicante mantiene en la legislatura 2011-2015 el número actual de diputados tras las elecciones del 22 de mayo. Durante los próximos cuatro años, 31 diputados ocuparán los escaños de la institución, según corresponde al número total de residentes de la provincia: 1.926.285.

- Partido judicial de Alicante, con 474.932 residentes: 8 diputados.
- Partido judicial de Elche, con 371.600 residentes: 6 diputados.
- Partido judicial de Orihuela, con 314.308 residentes: 5 diputados.
- Partido judicial de Denia, con 200.373 residentes: 3 diputados.
- Partido judicial de Elda, con 180.005 residentes: 3 diputados.
- Partido judicial de Villajoyosa, con 192.889 residentes: 3 diputados.
- Partido judicial de Alcoy, con 121.694 residentes: 2 diputados.
- Partido judicial de Villena, con 70.484 residentes: 1 diputado.

En la legislatura 2007-2011, la Diputación la conformaban 17 diputados del PP, 13 del PSPV y 1 del Grupo de los No Adscritos.

Tras las elecciones del 22 de mayo de 2011, la configuración del poder en esta legislatura va a cambiar. El PP ha obtenido 856 concejales en la provincia, frente a los 524 del PSPV. Por tanto, el PP aportará 20 diputados y el PSPV 11.

En lo que respecta al partido judicial de Orihuela, con 314.308 censados, el PP se llevará 3 diputados y el PSPV 2. 


Fuentes:

Ley 7/1985, de 2 de abril, de Bases del Régimen Local.
Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General.
Boletín Oficial de la Provincia de Alicante.
Diario Información. 

Y es que a veces no sabes en qué rincón del mundo está la felicidad...

28 de mayo de 2011

27 de mayo de 2011

Arroz y conejo.

Ayer estaba leyendo un artículo sobre postres pasados de moda y me acordé de un político de mi tierra que la noche de las elecciones dijo que el pasado no tiene valor. 

Recuerdo con mucho cariño y con un brillo especial en los ojos los muchos domingos que comíamos toda la familia en casa de la Yaya. Los olores, los sabores, las peleas por elegir el programa de la tele entre los primos, cierto individuo comiendo berberechos con cuchara, quien siempre llegaba a mesa puesta y muchas tardes de cine y gusanitos cuando el Pilar era pequeño pero tenía casi de todo. 

Los años han ido pasando y nuestras vidas se han hecho más complejas.

Han pasado sólo cinco días desde las elecciones y a muchos les ha cambiado (o les va a cambiar) la vida por completo. Hay muchas personas que han hecho de la política su medio de subsistencia y la nueva configuración del poder va a mandar a muchos antiguos alcaldes, concejales y asesores a un destino incierto. Mientras que a otros, algunos sin oficio ni beneficio, los va a colocar administrando el dinero de todos los contribuyentes. Y me estaba acordando de la relegada Comtessa y su exquisita sencillez.  

Muchas de las prácticas políticas encuentran semejanzas en la vida cotidiana. También las que deberían estar pasadas de moda y no lo están. En la política como en las familias, hay líderes, hay quien habla y quien escucha, hay quien traza un camino y quien se sube al carro, hay quien trabaja y quien vive del sudor de los demás. Y, generalmente, el pasado suele ser importante, sobre todo, cuando no se aprende de él. Aunque mi amigo el político dijera lo contrario.


Yo no creo que la política tenga que ser exclusivamente para quien tenga un trabajo o una forma de ganarse la vida, porque correríamos el riesgo de caer en la plutocracia y estaríamos gobernados sólo por los ricos o por los funcionarios. Y no creo que ser rico o tener un medio de vida asegurado sea sinónimo de ser un buen gestor. Pero sí pienso que a la política no se puede dedicar cualquiera por una razón: la responsabilidad. 


Desafortunadamente, la política es tan golosa como apetitoso es el pan de calatrava de mi madre. Y esto no es ningún secreto. Dicen por ahí que otro político de mi tierra dijo que él se había metido en política para enriquecerse. Sincero y claro. Y lo mejor es que le funcionó. 


Pero no todo es dinero del que se cuenta. En ciertas esferas, los recursos no se miden sólo en euros sino también en acceso privilegiado al poder. Cuestión de manjares para exquisitos paladares. Y yo me pregunto si alguno de ellos sigue comiendo arroz y conejo los domingos o un plato combinado en el bar de siempre. Aunque ya no se lleven.


En esta línea, criticaba mi admirado Giovanni Sartori que en la sociedad actual hay un exceso de información y escaso conocimiento y proponía como ejemplo que normalmente se pregunta a la gente qué opina de esto y no qué sabe de esto. ¿Hasta qué punto son algunos platos un modo de vida o un estatus? ¿El modo de vida de algunos políticos es indicativo de su forma de gobernar?


No obstante, se habla mucho de recetas de crisis. Yo estaba pensando en unos huevos fritos con ajicos tiernos pero me he encontrado con esto: 276,86 euros por concejal electo, 55 céntimos de euro por papeleta y casi 12 millones de euros para el PP y más de 9 para el PSOE. 

Vencer no es lo mismo que convencer y, además de la presentación, hay que tener en cuenta el sabor y la factura. 

24 de mayo de 2011

Reflexiones electorales desde un avión de Ryanair

Si hace cinco años me hubiesen preguntado qué mar bañaría mi felicidad hoy, quizás nunca habría adivinado que también en un río se puede sonreír.

Y esta inocente reflexión se puede aplicar a muchas situaciones en la vida. 

Ayer, volví al país que me acoge aún con la borrachera de familia, amigos, sol y cercanía en el corazón. Y nada más llegar me topé de frente con los efectos de la cuadriculada realidad. Con un ticket en el bolsillo, corriendo detrás de un tren, no me dio tiempo a validarlo en la máquina antes de subir y un revisor me multó por no haber hecho las cosas bien, a pesar de viajar con billete. De nada sirvió que hubiese pagado el ticket, pues tuve que pagar también una multa. Hasta aquí, aunque parezca muy estricto, entra todo dentro más o menos de lo normal. Sin embargo, el revisor pidió minutos más tarde los tickets a otro grupo de chicos que no los llevaban, ni validados, ni sin validar. Y no los multó.

La indignación generalmente no se produce al mirarnos el ombligo, sino cuando comparamos el nuestro con el de los demás. Y la clave de muchas de las cosas que ocurren está en la medida de la desigualdad. 

Mientras Ryanair acercaba las dos Europas, la de los emigrados y la de la soleada desazón, un grupo de empresarios del norte de la provincia comentaba la jornada electoral con inquietud: por las promesas que unos y otros les habían hecho y que ahora dependían de pactos poco transparentes. 

Esta jornada electoral ha dejado un claro predominio del azul sobre el rojo en España, si miramos los números generales que nos presentan los periódicos. Pero no solamente eso. Ha dejado una abstención del 33%, casi un millón de votos nulos y blancos y ha cambiado en muchos pueblos y ciudades la configuración del poder.

Mientras algunos destacan la concentración del poder en manos de unos, otros discuten si esa concentración es el resultado que separa a unos de otros o si es la distancia que separa a esos otros de sus votantes naturales. 

La crisis económica ha traído recortes y facturas dolorosas, pero el pago de esas facturas no se ha repartido por igual. Muchos ricos son más ricos y muchos pobres son más pobres. Mientras, muchos piensan que si los mercados u otros oscuros amigos del poder quieren dominar la política, han de presentarse a las elecciones. 

Y nuevamente volvemos a la desigualdad. No es el desempleo o la pobreza la que cambia gobiernos y saca a la gente a la calle a protestar. Es la desigualdad, que hace que unos pocos tengan acceso a todos los recursos, incluidos los que están al margen de la legalidad y de las reglas básicas de la honradez y la honestidad, y otros muchos tengan que conformarse con las migas, la que cambia de vez en cuando a los líderes. 

Y es que vestirse de colores imposibles plantea, a veces, el riesgo de la desnudez. 

23 de mayo de 2011

"La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer."

Antonio Gala

21 de mayo de 2011

Un día cualquiera

Hoy pensaba escribir un artículo sobre la incierta separación de poderes en los sistemas políticos locales y la ausencia de checks&balances. Hoy pensaba hablar de los ejecutivos fuertes, del presidencialismo local y de la ausencia de mecanismos de control por parte de los ciudadanos. Hoy pensaba hablar de participación y de vergüenza. Hoy pensaba hablar de recursos y de necesidades. Hoy pensaba hablar de democracia.

Pero no puedo.

Hace unas semanas, casi por casualidad, alguien me regaló un póster que hoy es una página más de mi vida. Sobre un fondo amarillo aparece una calavera y un tricornio, un trocito de mar y una pregunta. Hace cuarenta años alguien dedicó su tiempo, su dinero y su atención a diseñar unos afiches sobre una España extraña en la que había toreros, guardias civiles, sol y playa. Pero no había democracia. Y alguien desde la muy lejana y fría Alemania se preguntaba hasta cuándo aguantarían el fascismo español. 

Hoy, los españoles se hacen muchas preguntas y algunas tan interesantes como para merecer una respuesta. Porque como ese póster se empeña en recordarme, han pasado más de cuarenta años. 

Y es que hoy es un día cualquiera en el que hay unas goticas más en el vaso de la reflexión.
"Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse."

Gabriel García Márquez.

18 de mayo de 2011

Mayo de 2011

No hay nada que perder porque ya nos lo han quitado todo.

16 de mayo de 2011

Un test electoral curioso.

Aunque los partidos políticos no siempre cumplan lo que prometen, a veces leer sus propuestas es esclarecedor. En esta página se puede hacer un test que nos dice qué partidos están más cerca de lo que pensamos sobre una serie de cuestiones.

Una mosca cojonera.

"It is organization which gives birth to the domination of the elected over the electors, of the mandataries over the mandators, of the delegates over the delegators. Who says organization says oligarchy."

Robert Michels

Reconozco que uno de mis deportes favoritos es entrar al trapo. A veces, incluso por encima del tenis y del fútbol. Y admito que me encantan las causas perdidas. 

Ahora que ya me he confesado, puedo entrar en harina... o en política. Ya que como todos saben, odio la cocina. 

Hace unos días, discutía con un buen amigo sobre los partidos políticos y el poder que ellos o sus líderes tienen en las Administraciones Públicas. Y aprovechando que vivo en Bonn, me acordé de Robert Michels: un sociólogo alemán, nacido a escasa media hora del lugar desde el que escribo estas líneas y que se hizo muy famoso por una obra titulada Los Partidos Políticos

En este libro, Robert Michels enuncia "la ley de hierro de la oligarquía". En primer lugar, las organizaciones se hacen cada vez más grandes, se burocratizan y se va creando una clase privilegiada de individuos con mayor conocimiento sobre cómo resolver los problemas que se presentan. Poco a poco van formando la elite. En segundo lugar, se plantea una disyuntiva entre la democracia interna y la eficiencia. Se va pergeñando la idea de que para que la organización sea eficiente, se necesita un liderazgo fuerte, que está reñido con la democracia interna. Y en tercer lugar, las masas son apáticas, incapaces de resolver sus problemas y necesitan un líder. Por tanto, la función de las masas sería elegir cada cierto tiempo a sus líderes.

Este autor llega a la conclusión de que todas las organizaciones se vuelven oligárquicas, tanto en las autocracias como en las democracias. El gobierno siempre estará en manos de una minoría y las masas sólo pueden, de vez en cuando, cambiar a un líder por otro.  Las organizaciones políticas dejan de ser un medio para conseguir objetivos y se convierten en un fin en sí mismas, donde el liderazgo anula la democracia. 

Esta semana los ciudadanos celebran la mal llamada "fiesta de la democracia" y muchos se preguntan para qué sirve un voto. 

Realmente, ¿qué elegimos el domingo? 

¿Elegimos un líder? ¿Elegimos un proyecto? ¿Elegimos una idea? ¿Elegimos un partido que controlará la Administración Pública en los próximos cuatro años? ¿Elegimos un sistema político? 


Y mientras tanto siguen llegando cartas y panfletos de colores de algún amigo que se ha acordado de nosotros.


¿Legitima nuestro voto que sólo seamos ciudadanos una vez cada cuatro años?

10 de mayo de 2011

Golpe de pecho.

Mi libretica y yo vamos siempre juntas. Ella es mi paño de lágrimas cuando quiero gritar y no debo y mi baúl de ocurrencias y chascarillos cuando me acuerdo de alguien a quien me gustaría ver sonreír. Es el equipaje de mis observaciones y la bombonera de mis ideas. 

Me gustaría ser una mujer libre. Me gustaría poder prescindir de todo, incluso de mi sombra, mi alma y mi carácter, y salir al mundo en libertad. Pero no puedo.

Y es que hay cosas que están en mí.

Me pierdo a menudo y me encuentro horas o segundos después observando mundos ajenos. A pérfidos y canallas. A acomplejados y presuntuosos. A altaneros, jactanciosos y pintureros. A candorosos, nobles y tristes. Desde un sofá azul, desde la muralla protectora de una taza de Cola-cao, desde unos tacones o desde una hamaca mientras mis pies escriben en la arena lo que mis ojos no pueden contar y mi cabeza viaja mucho más allá de este mar.

A veces descubro cosas interesantes. Otras sólo medianía.

Pero mi libretica tiene cada vez más páginas de vida. Algunos garabatos hablan de gente resuelta, de pasos presurosos hacia delante y manos con más lunares que la vida. Otros describen amor, templanza y orgullo. Algunos sobriedad y complejos. Otros egos y dolor. Presunción y angustia. 

En ella hay gente interesante y personas interesadas. Hay zapatos caros desgastados por el trabajo. Hay manos envejecidas porque no han robado. Hay barrigas hinchadas y vacías. Hay canas, calvas y largas noches. Hay vidas vividas y anhelos presumidos. Hay tesoros encontrados y felicidad en espera. Hay andares dignos y erguidos y pasos ensoberbecidos. Buenas mañanas y raros mediodías. 

A veces, la gente se disfraza de colores imposibles. Otros cambian el papel de las paredes, aunque nadie quiera oler la humedad. Hay quien esconde las fotos sin atreverse a guardarlas o a romperlas. Hay quien tiene hambre y quien tiene miedo. 

Pero despojarse de lo que somos es difícil. 

Mientras tanto, mi libretica y yo seguimos recorriendo páginas en libertad.